20 álbumes de 2020 (3) Top 10

10. Dua Lipa – Future Nostalgia

La cartera de productores de Dua Lipa se expande a lo grande manteniendo el camino iniciado por Ian Kirkpatrick entre otros, una riqueza de elementos de los 70, 80, 90 y 00s y referencias directas a Gloria Gaynor, Prince, Donna Summer, INXS (e insisto que también a Lady Gaga), un mezcla elegante de estilos que sin embargo se mantiene fiel a su espíritu Disco, bajos potentes e imaginativos (quizás de los mejores arreglos de bajo de este año en música pop) que lo llevan al terreno visceral, melodías con ganchos irresistibles hacen de Future Nostalgia un ejemplo de cómo los artistas de pop actuales se ven obligados a evolucionar cada vez más agresivamente ante la dictadura del clic de saltar canción.

9. Grimes – Miss Anthropocene

En “Miss Anthropocene”, Grimes demuestra una vez más ser la dueña de su propio destino, no me considero capaz de sintetizar lo que ella significa en un párrafo, es una de esas artistas a quien cuesta seguirles la pista, un tesoro vivo de nuestro tiempo. Su creatividad nos vuelve a dejar atónitos, este vez con un álbum en el que encarna un personaje(?) “anarcocapitalista”. Grimes se niega a permitir que fuerzas externas la desvíen del camino que ha elegido, incluso si el álbum en sí se desvía de lo “esperado”. Es un disco lleno de imaginación y belleza sonora. También es el paso perfecto de quien se niega a seguir a nadie.

8. Soundtrack de Tenet – Ludwig Goransson

Fisiológicamente nos adaptamos al mundo de forma tal que lo damos por hecho, y gran parte de esta aptitud se debe a nuestro aparato auditivo. El oído nos permite saber incluso conocer el tamaño aproximado de la habitación en la que estamos, gracias a ello también podemos experimentar un viaje a espacios y tiempos antinaturales. Tenet es así de alguna manera y la excelente banda sonora de Ludwig Göransson tiene mucho que ver, nos empuja a extremos que casi me llevaron a la paranoia y al vértigo. Experimentar esta música dentro del cine fue un reto ENORME, porque su efecto se me hizo muy cercano a las de crisis ansiedad que tuve en el confinamiento, pero al notarlo pude concentrarme en cómo Göransson lo hizo así expresamente y ese viaje fue como una epifanía, constantes y crueles paneos y pulsaciones de diferentes bajos y subgraves mezclados por un dios que causan microinfartos, sintetizadores que casi te golpean en la cara, polirritmos protagonistas y, una sección de cuerdas a lo Tenet: en reversa.

7. Julianna Barwick – Healing is a Miracle

Cuando damos todo por perdido, sanar es un milagro.⁠ El álbum más reciente de Julianna Barwick, su esperado cuarto larga duración, es probablemente uno de los más preciosos trabajos introspectivos de este año. Barwick explora el poder curativo de la música y, a su vez, se acerca a un estilo más melódico, el más accesible en este sentido de su discografía hasta la fecha. ⁠ De alguna manera, Healing Is A Miracle se relaciona por oposición a Will, su álbum de 2016, en el que se habían colado momentos dolorosos de su vida. Este, por el contrario, establece un camino de sanación que florece en y por el beneficio de la música.

6. Best Coast – Always Tomorrow

Cosentino y Bobb Brujo siguen experimentando con otras perspectivas de sus mismas influencias de siempre (surf, 60’s female singers, doowop, lo-fi) y disfrutando de hacer música superando obstáculos. Casi todos los temas de Always Tomorrow hablan de esto. Superaciones amorosas, de la adicción al alcohol, a la depresión, pero bajo la manga traen una poderosa arma: la humildad. La combinación de pop rock directo despojado parafernalias, remedio para el alma de los fans. Encuentro que este incluso pueda llegar a ser su mejor álbum, la vuelta que todos esperábamos, justo para que cayera la pandemia y los mandara a casa de nuevo. La simpleza de sus composiciones y la dictadura de lo que debe o no hacer una banda parecía amenazar con aplastarla constantemente, hasta ahora, cuando renace sin el alarde que suele ostentar el ego.

5. Ammar 808 – Global Control/ Invisible Invasion

Escuchar Global Control/Invisible Invasion es adentrarse en otro plano cósmico. El trabajo del tunecino Sofyann Ben Youssef (aka Ammar 808) se desarrolla como en una suerte de “orientalismo invertido”, un etno-futurismo en el que electrónica y tradición milenaria se entrelazan como hechas una para la otra. Siendo muy joven, Ben Youssef viajó a Delhi para sumergirse en su tradición musical durante meses. Ahí tuvo contacto con la compleja música de la India y comenzó a tocar algunos de sus instrumentos antes de volver a su país, Túnez. A raíz de la primavera árabe de 2011 la cuestión identitaria propia y la libertad comenzó a ser un factor de su proceso creativo pero nunca olvidó el impacto de aquel viaje. Sin quererlo la planificación de este disco había empezado mucho antes de volver por fin a India, de modo que cuando lo hizo tenía tan atado este álbum que apenas 2 meses le tomó crearlo. Tremendo.

4. Lido Pimienta – Miss Colombia

La impresionante Lido Pimienta llevaba macerando un complejo sentimiento desde 2015, el choque de constatar desde fuera la exhibición impúdica de racismo de la que son capaces tus propios conciudadanos bajo excusas nacionalistas, enardecidos con los resultados del Miss Universo, mientras desdeñan y potencian los problemas socio-culturales como los derechos de las comunidades del propio país. Lido además emigra a Canadá, ¿tendrá derecho a hablar de su propio país desde allá fuera? El disco, sin embargo, apenas suena político, está lleno de amor deslumbrante y pérdida dolorosa, Lido cuenta que se trata de una “carta de amor cínica” a su país, pero en Miss Colombia yo solo veo belleza en todo sentido, riqueza de rítmica colombiana convertida en artpop, producción audaz, visión clarísima y creatividad desbordante.

3. Lady Gaga – Chromatica

Contra el pronóstico pandémico, si hay una idea patente este año es la revisión de lo que somos, desde todo punto de vista. Chromatica como una reconexión racional de Gaga con Gaga, aparentemente sin el elemento provocador, a lo que Gaga ha sido, entre tantas cosas: la autoconciencia y casi parodia de la mutación industrializada del artista pop. Bajo un concepto de la creación de un universo un tanto extraterrestre reconstruye esta idea de un modo casi científico con el estudio y la exposición milimétrica de sus influencias, intercalando brillantes interludios sinfónicos y haciendo referencia a su antiguo yo. Chromatica es una especie de arqueología distópica de su personaje a la vez que del sonido de los noventa, que tanto admira. Si se le han achacado antes los préstamos de otros artistas y licencias creativas, con este disco las publica como quien cura el contenido de una exposición en un museo. Un disco para disfrutar deconstruyendo desde múltiples perspectivas, sus referencias, su sonido, sus instrumentos, como producto cultural autoconsciente.

2. Phoebe Bridgers – Punisher

Un disco con una sensibilidad profunda, composición atemporal, estrofas y coros que se entrelazan y te llenan de energía incluso en medio de una temática delirante, depresiva o surreal donde toca temas con profunda ironía. Si bien sus temas te impresionan y sorprenden sus composiciones exhiben una belleza y calma por momentos que podrían pasar por canciones de cuna, hasta que de aquel sueño te despiertes en un mundo a través del espejo.  Creo que nunca olvidaré las imágenes que Punisher nos brinda, pero sobre todo la perfección que surge de la conjunción de lo que parecen simples detalles pero que se convierten en pequeñas llaves a otras dimensiones, tan cotidianas que pronto no sabrás diferenciar en cual te encuentras. ¿No podría ser acaso el menú de un DVD una especie de meditación postapocalíptica?

1. Charlie XCX – how i’m feeling now

La profunda obsesión de Charli con el hyperpop perfecto y su exploración de absolutas locuras sonoras que acaban colando como si fueran parte de la normalidad, esa creatividad para componer que nunca descansa y el inmenso talento que hace que casi cada año nos sorprenda con su voluntad inquebrantable de encontrar la vanguardia alternativa en la idea incesante de crear el “pop del futuro” hacen de How I Feel Now su mejor obra. Aunque muchos claman ser “el álbum de la pandemia” Charli en mi opinión fue la primera y más honesta, componiendo casi en directo, involucrando a los fans en todo el proceso, creando momentos realmente intensos. Involucrando del mismo modo a su grupo de amigos y productores que ya conocemos, como A.G. Cook. Paradójicamente mi criterio ha sido lo “acabado” de los álbumes de esta lista, pero este no lo es, y aún así consigue tener esa magia que a lo “inacabado” le es imposible conseguir como obra, un documento de tantas cosas increíbles que hemos podido aprender en un año nunca imaginado.

Playlist con todos los álbumes de 2020:

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